Análisis de la Película My Bloody Valentine

Si lo que necesitábamos los espectadores era una prueba más de la poca originalidad en la que han caído las grandes ligas del cine, esa es la existencia de las remakes. ¿Qué hay más fácil que tomar una obra ya hecha y modernizarla para el público de la era de Internet? La misma premisa que la original, algunos cambios de guión, diálogos aggiornados, nuevos actores y una buena campaña de prensa, y listo, una idea vieja queda como nueva.

No hay que pensar demasiado, solo saber que el film original, en el que estará basada la nueva película, tuvo un cierto rendimiento en las boleterías, o es algún clásico del cine y por eso se presupone que los fanáticos querrán volver a su historia favorita, o que tal vez, ahora, se puede acercar a nuevos públicos que no sabían de su existencia, de la mano de caras conocidas para la audiencia de hoy.

Ya no se sabe lo que piensan los productores, pero lo cierto es que a cada rato alguna remake invade la pantalla y hace que nos preguntemos para qué vuelven a realizar una película que ya estaba filmada…

Este es el caso de My Bloody Valentine, que al menos tiene la originalidad de estar filmada totalmente en 3D (aún no se sabe si a Latinoamérica llegará en este formato).

Y así como el film original de 1981, la nueva My Bloody Valentine nos vuelve a contar la historia de Tom Hanniger (Jensen Ackles), un hombre que por un error produce una accidente en una mina, que se cobra la vida de cinco de sus compañeros y deja a otro en coma.

Al año siguiente, Harry Warden, el único sobreviviente, despierta para cobrar venganza y como si las veintidós personas que mata en la mina, en la víspera de San Valentín, tuviesen algo que ver con el error que lo dejó en coma, convierte la fiesta de los enamorados en una masacre, hasta que alguien se encarga de ajusticiarlo.

Diez años después, Tom vuelve a su antiguo hogar, justo para la fecha aniversario de aquella matanza. Nunca mejor dicho: “pueblo chico, infierno grande”. Todos lo creen culpable, incluso su mejor amigo (Kerr Smith, uno de los muchachos de la serie Dawson´s Creek) que ahora es policía y se ha casado con su ex novia (Jaime King).

Está demás decir que cuando los crímenes se vuelvan a suceder, todos pensarán que el psicópata de Harry Warden ha vuelto de la muerte para un último regalo de San Valentín.

CURIOSIDADES

• La película original es un típico ejemplo del cine slasher, un subgrupo del género de horror, caracterizado por la presencia de un psicópata asesino que se dedica a masacrar a todo el que se le cruza en su camino, en especial adolescentes. Generalmente tiene un móvil para cometer asesinatos, y es posible que use una máscara. Es probable, también, que los primeros disparos no le causen la muerte, y tiene un caminar característico y lento a la hora de perseguir a sus víctimas, que se agotan de tanto correr.
• El realizador de My Bloody Valentine, Patrick Lussier está abocado al mundo de terror; además de haber editado muchas películas de este género, fue el director de Drácula 2001.
• My Bloody Valentine (la original) es un film canadiense de 1981, que se estrenó en la época de gloria del cine slasher, allá por la década del ochenta. Sucesora de éxitos como Halloween y Martes 13 (más conocida como Viernes 13, el título original, cuya remake se estrenará el 12 de Febrero), hoy en día es considerada como un clásico de este tipo de películas de bajo presupuesto y mucha sangre.
• Si bien la original My Bloody Valentine ya se editó en dos oportunidades en formato DVD, este mes se anunció en lanzamiento de un nuevo DVD que, además de entrevistas y alguna que otra cosita, también incluirá los nueve minutos que habían sido cortados por ser considerados extremadamente gore (violencia demasiado explicita para cualquiera que tenga estómago).